Siempre que sea posible tenerlas, los beneficios de contar con una mascotas en el hogar están más que demostrados. Resultan unos acompañantes perfectos en muchos casos, que contribuyen a mejorar el ambiente familiar y pueden resultar muy útiles en determinadas circunstancias. Incluso en aspectos hasta ahora desconocidos.
Por ejemplo, un estudio realizado por el centro Johns Hopkins Medicine que acaba de publicarse, concluye que estar cerca un perro o un gato desde una edad temprana, disminuye la posibilidad de desarrollar esquizofrenia en la edad adulta. Según explican en el trabajo, los trastornos psiquiátricos graves se han asociado con alteraciones en el sistema inmunitario vinculadas a exposiciones ambientales en la vida temprana, y dado que las mascotas domésticas a menudo se encuentran entre las primeras cosas con las que los niños tienen contacto, es lógico que exista una conexión entre ambas circunstancias.
En la investigación, estudiaron la relación entre la exposición a un gato o un perro domésticos durante los primeros 12 años de vida y un diagnóstico posterior de esquizofrenia o trastorno bipolar. Para la esquizofrenia, los investigadores se sorprendieron al ver una disminución estadísticamente significativa en el riesgo de que una persona desarrolle el trastorno si se expone a un perro temprano en la vida. Aunque se necesitan más estudios para confirmar este hallazgo, lo que sí queda claro es que este vínculo resulta muy beneficioso mentalmente para los más pequeños.
Con las mascotas también crece el sentimiento de felicidad. Las personas que tienen animales suelen compartir juegos con ellos muy a menudo. Pues bien, estos juegos provocan un aumento de los niveles de oxitocina en el organismo, que a su vez estimula la producción de serotonina y la dopamina, al mismo tiempo que el cortisol se disminuye. Todas estas hormonas están relacionadas con la salud mental de los individuos, pues generan bienestar, disminuyen los niveles de estrés y la tristeza y contribuyen a que mejoren síntomas de la depresión y otros trastornos psiquiátricos.
Otra de las razones que hacen interesante el hecho de tener una mascota es que generan un sentimiento de responsabilidad y pueden mejorar las relaciones sociales de sus dueños. Tener un animal en casa implica cuidarle y respetar sus necesidades, lo que puede venir muy bien para trabajar estas conductas en los niños. Además, el hecho de tener que sacarlos a la calle, en los casos en los que haya que hacerlo, hace aumentar la vida social y genera nuevas relaciones interpersonales.