El acuario merece un lugar destacable en nuestra vivienda, un sitio atractivo en el que relajarse observando a nuestros peces.
La iluminación del acuario no solo está pensada para usted como observador. Los peces necesitan también luminosidad. Debemos evitar lugares con mucha luz del día o insolación directa. En el caso de que busques un acuario sin pantalla, los comercios especializados ofrecen iluminaciones especiales para el techo o en soportes. El tiempo de iluminación debe ser correspondiente al ciclo de naturaleza tropical: entre 8-10 horas. Para ello, se recomienda controlar la iluminación con un temporizador, para que las luces se apaguen y enciendan siempre a las mismas horas. La intensidad de los tubos fluorescentes desciende transcurridos un año desde su estreno, por lo que es recomendable cambiarlos tras ese tiempo.
Al montar el fondo del acuario, debemos elegir un color natural, para que el ambiente no sea demasiado claro al reflejar la luz en el acuario.
Si nuestro acuario está muy expuesto a la luz, provocamos el calentamiento del agua y se favorece el crecimiento de algas. Las plantas tienen un papel muy importante dentro del acuario: producen oxígeno, son zonas de reposo, limitan territorios…
Nuestro acuario debe estar alejado de radiadores.
Debe haber un enchufe eléctrico cerca.
El acuario debe contar con espacio libre hacia arriba, para hacernos más cómodo el cambio del agua, mantenimiento, etcétera.
El montaje debe estar perfectamente horizontal. Para ello, podemos utilizar el nivel de burbuja de aire.
Evitemos lugares propensos a sacudidas. Nuestro acuario debe estar tranquilo, si el acuario está bien equipado, no necesitará una mayor atención durante años.